Hace unos años escribí esto sobre cómo entiendo que podríamos empezar a superar nuestras diferencias. Quería compartirlo con vosotros.
Si vosotras sois de Venus y nosotros de Marte, eso significa que nuestras órbitas jamás confluirán. Os propongo; subamos a un cometa y rompamos trayectorias, trascendamos de los patrones previstos, de los estereotipos y prejuicios, de los deberes y derechos que nos acompañan por ser unos u otras. Dejemos que lo sagrado penetre en aquello que no lo es y, a fuerza de parecerlo, termine siéndolo. Veamos desde fuera los qué y daremos con los por qué. Sacudámonos los obstáculos que nos autoimponemos con un zigzagueo constante, esas sinuosas maneras que enderezan la voluntad. Y con el paso de eones, vosotros y nosotras, tú y yo, a bordo aún del cometa, pero ahora pulido, tan pulido y puro que haya perdido toda su corporeidad, dejando sólo el movimiento transgresor y audaz, que ya forme parte de nosotros, mezcla de conocimiento y amor.
Jake Baddeley es el autor del cuadro.